- Lugares
que la componen.
- Distribución
de espacios en la sala de psicomotricidad: justificación de los mismos.
Aucouturier
establece un itinerario educativo de maduración global del niño/a (motriz,
afectiva y cognitiva) dentro de la sala de psicomotricidad, compuesto por los
lugares que el niño/a puede investir a su gusto:
A) EL ESPACIO DEL PLACER SENSORIO-MOTOR.
B) EL LUGAR DEL JUEGO SIMBÓLICO.
C) EL LUGAR DE DISTANCIACIÓN.
Para Aucouturier,
"la pedagogía de esta práctica está
orientada hacia la manipulación de las producciones del niño/a en los
diferentes lugares: manipulaciones estimulantes hacia el desarrollo
sensorio-motor, hacia la construcción de espacios simbólicos y hacia la
capacidad de representar espacios".
Antes de
pasar a describir los distintos espacios de la sala, es importante hacer
hincapié en que la práctica psicomotriz de Aucouturier no tiene la finalidad de
enseñar prerrequisitos de espacio, tiempo…, es decir, esta práctica no queda
reducida a proporcionar al niño/a una serie de conocimientos específicos de
aprendizaje, sino que el objetivo fundamental es el de poner al niño/a en una
situación en la que viva emocionalmente el espacio y todo lo que éste comprende
(los objetos) dentro de un marco adecuado que, adaptándose al nivel madurativo
del niño/a, le permita seguir evolucionando. En última instancia es el
recorrido que va desde el placer sensorio-motriz hacia el juego simbólico y,
por tanto, al pensamiento operatorio.
Para
Aucouturier ésta es la manera en que el niño/a va a adquirir e integrar con la
ayuda del psicomotricista la realidad del espacio y del tiempo.
¿CÓMO ES Y QUÉ SUCEDE EN LA SALA DE PSICOMOTRICIDAD?
La sala de
psicomotricidad constituye un lugar privilegiado para el niño/a, ya que suceden
cosas importantes para él. Es un lugar en el que el niño/a resuelve sus
problemas, se desarrolla y se manifiesta como es, sin ser rechazado en toda su
expresividad psicomotriz, lo cual le llena de satisfacción y felicidad.
También
supone un lugar importante para el psicomotricista, puesto que en este espacio
se siente creador, ve evolucionar al niño/a y abrirse a todo lo que le rodea.
Para los
niños/as este espacio tiene un significado muy especial, ya que se convierte
en:
- Lugar del placer sensoriomotor. Aquí el
niño puede balancearse, saltar, rodar, deslizarse, lanzarse, subir escaleras,
correr, gritar, cantar, tocar el tambor o la trompeta, construir
con cojines, jugar con cuerdas, disfrazarse, maquillarse, atacar, jugar,
reposar, esperar, observar y descubrir.
- Lugar de la expresividad psicomotriz.
El niño/a es escuchado y reconocido en todas sus producciones en las que juega
sus roles y vive momentos de emociones intensas con los que le rodean. Su
dimensión simbólica y expresividad psicomotriz crecen en cuanto establece
confianza con el psicomotricista, así, nos confía su vida personal más
profunda, conflictual y creativa.
Por tanto,
en esta fase es importante la descarga de gran cantidad de energía y tensión
del niño/a mediante el movimiento de su cuerpo. Vive sus movimientos,
descubriéndose a sí mismo, sintiendo una sensación de placer al moverse y
valorando su utilidad, logrando una descarga tónica que le lleva a alcanzar la
descarga emocional.
A la vez
que se avanza en la motricidad, el niño/a irá atenuando su esfuerzo, por lo que
irá dirigiendo su atención hacia los diferentes objetos de la sala, previo al
juego simbólico. Aquí se manifestará la vivencia personal de cada uno, pues es
de esta manera como el niño intentará entender la realidad de su experiencia,
en el juego. Podemos destacar de forma significativa dos tipos de juegos para
desarrollar en la sala de psicomotricidad:
Juegos
motrices: saltos, equilibrios, balanceos, arrastre, caídas, etc.
Juegos
simbólicos: papás y mamás, médicos, héroes y superhéroes, etc.
- Lugar de comunicación, tanto a nivel verbal
como no verbal, a través de los gestos, la voz o la mímica. Con estas
manifestaciones el niño/a consigue la escucha por parte del otro, que acepta
sus producciones, le comprende y responde haciéndole evolucionar.
- Lugar de deseo para el niño/a. El simple
hecho de asistir a la sesión de psicomotricidad supone para el niño/a un motivo
de alegría. En este lugar proyecta sus imágenes, sus acciones y creaciones, y
lo más importante: “imagina su placer antes de vivirlo”, se adelanta, y esto es
fundamental para la evolución del niño/a.
- Lugar de descubrimiento excepcional. El
psicomotricista interviene en las manifestaciones del niño/a en cuanto a sus
capacidades motrices, comportamiento y posibilidades de juego, representación y
comunicación.
- Lugar de manipulación, entendida por
Aucouturier como “la competencia del psicomotricista para hacer evolucionar las
producciones del niño/a”, de manera que la tarea del psicomotricista es hacer
evolucionar al niño/a desde su expresividad psicomotriz hacia la
expresión simbólica.
- Lugar que posee rituales. Éstos dan al
niño/a referencias estables que le segurizan. En la sala de psicomotricidad se
siguen dos rituales: la entrada y la salida.
La entrada, después
de quitarse alguna prenda y el calzado. Prepara a los niños y niñas para el
nuevo ambiente, donde diferirán las actividades del aula. Al principio se
establece un diálogo entre ellos o con el psicomocitrista, compartiendo las
novedades que les hayan sucedido. Es el momento en el que se recuerdan las
normas del aula para un adecuado desarrollo de la sesión.
La salida es el
momento de fin de sesión de psicomotricidad, en el que los niños/as expresan
emociones vividas. Se hace imprescindible la recogida de los materiales
utilizados y por tanto el orden del espacio donde se desarrolla la sesión. La
despedida se puede realizar mediante una canción. Con este ritual se intenta
ayudar al niño/a a conseguir el tránsito a otro espacio diferente al que ha
vivido.
IMPORTANCIA
DEL MATERIAL DE LA SALA DE PSICOMOTRICIDAD
El material
utilizado en la sala de psicomotricidad debe estar bien ordenado y ser un
soporte para las proyecciones del niño/a. También ha de ser abundante y proporcionarse
al niño/a o bien demandarlo él mismo, según sus necesidades y el desarrollo de
la sesiones. Puede ser:
- Fijo
(espalderas, bancos, pizarra, espejo, etc.).
- Móvil
(aros, cuerdas…).
Además de
esta clasificación, los materiales se dividen según su composición y lo que
representan en dos tipos:
- Blandos:
bloques de espuma, pelotas, cojines, telas, etc. Acogen, envuelven y dan placer
y seguridad al niño/a.
- Duros:
espalderas, maderas de construcción, palos, banquetas, cubos de plástico, etc.
Hacen al niño/a enfrentarse al reto, al principio de la realidad y, por tanto,
a la superación física, lo que le ayudará al desarrollo motor y sensorial.
El objetivo
del material es el de hacer acceder al niño/a al placer sensoriomotor, al juego
simbólico y a la capacidad de descentración con juegos de construcciones,
teniendo en cuenta la distribución del espacio en tres lugares específicos:
- El espacio del placer sensoriomotor.
- El espacio afectivo (juego simbólico).
- El espacio de la distanciación.
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