domingo, 8 de junio de 2014

La sala de psicomotricidad



LA SALA DE PSICOMOTRICIDAD


 

- Lugares que la componen.
- Distribución de espacios en la sala de psicomotricidad: justificación de los mismos.

Aucouturier establece un itinerario educativo de maduración global del niño/a (motriz, afectiva y cognitiva) dentro de la sala de psicomotricidad, compuesto por los lugares que el niño/a puede investir a su gusto:

A) EL ESPACIO DEL PLACER SENSORIO-MOTOR.

B) EL LUGAR DEL JUEGO SIMBÓLICO.

C) EL LUGAR DE DISTANCIACIÓN.

Para Aucouturier, "la pedagogía de esta práctica está orientada hacia la manipulación de las producciones del niño/a en los diferentes lugares: manipulaciones estimulantes hacia el desarrollo sensorio-motor, hacia la construcción de espacios simbólicos y hacia la capacidad de representar espacios".

Antes de pasar a describir los distintos espacios de la sala, es importante hacer hincapié en que la práctica psicomotriz de Aucouturier no tiene la finalidad de enseñar prerrequisitos de espacio, tiempo…, es decir, esta práctica no queda reducida a proporcionar al niño/a una serie de conocimientos específicos de aprendizaje, sino que el objetivo fundamental es el de poner al niño/a en una situación en la que viva emocionalmente el espacio y todo lo que éste comprende (los objetos) dentro de un marco adecuado que, adaptándose al nivel madurativo del niño/a, le permita seguir evolucionando. En última instancia es el recorrido que va desde el placer sensorio-motriz hacia el juego simbólico y, por tanto, al pensamiento operatorio.

Para Aucouturier ésta es la manera en que el niño/a va a adquirir e integrar con la ayuda del psicomotricista la realidad del espacio y del tiempo.

¿CÓMO ES Y QUÉ SUCEDE EN LA SALA DE PSICOMOTRICIDAD?

La sala de psicomotricidad constituye un lugar privilegiado para el niño/a, ya que suceden cosas importantes para él. Es un lugar en el que el niño/a resuelve sus problemas, se desarrolla y se manifiesta como es, sin ser rechazado en toda su expresividad psicomotriz, lo cual le llena de satisfacción y felicidad.

También supone un lugar importante para el psicomotricista, puesto que en este espacio se siente creador, ve evolucionar al niño/a y abrirse a todo lo que le rodea.

Para los niños/as este espacio tiene un significado muy especial, ya que se convierte en:

- Lugar del placer sensoriomotor. Aquí el niño puede balancearse, saltar, rodar, deslizarse, lanzarse, subir escaleras, correr, gritar, cantar, tocar el tambor o la trompeta, construir con cojines, jugar con cuerdas, disfrazarse, maquillarse, atacar, jugar, reposar, esperar, observar y descubrir.

- Lugar de la expresividad psicomotriz. El niño/a es escuchado y reconocido en todas sus producciones en las que juega sus roles y vive momentos de emociones intensas con los que le rodean. Su dimensión simbólica y expresividad psicomotriz crecen en cuanto establece confianza con el psicomotricista, así, nos confía su vida personal más profunda, conflictual y creativa.

Por tanto, en esta fase es importante la descarga de gran cantidad de energía y tensión del niño/a mediante el movimiento de su cuerpo. Vive sus movimientos, descubriéndose a sí mismo, sintiendo una sensación de placer al moverse y valorando su utilidad, logrando una descarga tónica que le lleva a alcanzar la descarga emocional.
A la vez que se avanza en la motricidad, el niño/a irá atenuando su esfuerzo, por lo que irá dirigiendo su atención hacia los diferentes objetos de la sala, previo al juego simbólico. Aquí se manifestará la vivencia personal de cada uno, pues es de esta manera como el niño intentará entender la realidad de su experiencia, en el juego. Podemos destacar de forma significativa dos tipos de juegos para desarrollar en la sala de psicomotricidad:

Juegos motrices: saltos, equilibrios, balanceos, arrastre, caídas, etc.

Juegos simbólicos: papás y mamás, médicos, héroes y superhéroes, etc.

- Lugar de comunicación, tanto a nivel verbal como no verbal, a través de los gestos, la voz o la mímica. Con estas manifestaciones el niño/a consigue la escucha por parte del otro, que acepta sus producciones, le comprende y responde haciéndole evolucionar.

- Lugar de deseo para el niño/a. El simple hecho de asistir a la sesión de psicomotricidad supone para el niño/a un motivo de alegría. En este lugar proyecta sus imágenes, sus acciones y creaciones, y lo más importante: “imagina su placer antes de vivirlo”, se adelanta, y esto es fundamental para la evolución del niño/a.

- Lugar de descubrimiento excepcional. El psicomotricista interviene en las manifestaciones del niño/a en cuanto a sus capacidades motrices, comportamiento y posibilidades de juego, representación y comunicación.

- Lugar de manipulación, entendida por Aucouturier como “la competencia del psicomotricista para hacer evolucionar las producciones del niño/a”, de manera que la tarea del psicomotricista es hacer evolucionar al niño/a desde su expresividad psicomotriz hacia la expresión simbólica.

- Lugar que posee rituales. Éstos dan al niño/a referencias estables que le segurizan. En la sala de psicomotricidad se siguen dos rituales: la entrada y la salida.

La entrada, después de quitarse alguna prenda y el calzado. Prepara a los niños y niñas para el nuevo ambiente, donde diferirán las actividades del aula. Al principio se establece un diálogo entre ellos o con el psicomocitrista, compartiendo las novedades que les hayan sucedido. Es el momento en el que se recuerdan las normas del aula para un adecuado desarrollo de la sesión.

La salida es el momento de fin de sesión de psicomotricidad, en el que los niños/as expresan emociones vividas. Se hace imprescindible la recogida de los materiales utilizados y por tanto el orden del espacio donde se desarrolla la sesión. La despedida se puede realizar mediante una canción. Con este ritual se intenta ayudar al niño/a a conseguir el tránsito a otro espacio diferente al que ha vivido.

IMPORTANCIA DEL MATERIAL DE LA SALA DE PSICOMOTRICIDAD

El material utilizado en la sala de psicomotricidad debe estar bien ordenado y ser un soporte para las proyecciones del niño/a. También ha de ser abundante y proporcionarse al niño/a o bien demandarlo él mismo, según sus necesidades y el desarrollo de la sesiones. Puede ser:

- Fijo (espalderas, bancos, pizarra, espejo, etc.).

- Móvil (aros, cuerdas…).

Además de esta clasificación, los materiales se dividen según su composición y lo que representan en dos tipos:

- Blandos: bloques de espuma, pelotas, cojines, telas, etc. Acogen, envuelven y dan placer y seguridad al niño/a.

- Duros: espalderas, maderas de construcción, palos, banquetas, cubos de plástico, etc. Hacen al niño/a enfrentarse al reto, al principio de la realidad y, por tanto, a la superación física, lo que le ayudará al desarrollo motor y sensorial.

El objetivo del material es el de hacer acceder al niño/a al placer sensoriomotor, al juego simbólico y a la capacidad de descentración con juegos de construcciones, teniendo en cuenta la distribución del espacio en tres lugares específicos:
  • El espacio del placer sensoriomotor.
  • El espacio afectivo (juego simbólico).
  • El espacio de la distanciación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario