domingo, 8 de junio de 2014

Objetivos de la Psicomotricidad

OBJETIVOS DE LA PRÁCTICA PSICOMOTRIZ

La educación psicomotriz organiza sus objetivos en torno a la relación con uno mismo, a la relación con los objetos y a la relación con los demás. Parte del cuerpo, de su expresión, su aceptación, su conocimiento y su dominio, se ocupa de la actividad de organización real, simbólica y representativa del espacio y las cosas que en él se encuentran, para llegar a una relación ajustada con los demás (los iguales y los adultos), fruto de su autonomía psicomotriz.
La educación psicomotriz propone al niño un itinerario de descubrimiento, a partir del juego y el movimiento, que pasa por la sensación, la percepción y la simbolización para llegar a la representación y el lenguaje. Del acto al pensamiento. Del placer de sentir al placer de pensar.

La práctica psicomotriz educativa tiene como finalidad favorecer la expresividad psicomotriz mediante tres objetivos, que permiten al niño/a abrirse hacia:

1) La comunicación.

2) La creación.
3) La formación del pensamiento operatorio.


1) Comunicación.
 
La comunicación se desarrolla desde el nacimiento en la relación tónico-afectiva entre el niño/a y la madre, sobre una base no verbal con el medio y el otro, sentándose las bases de la expresividad psicomotriz (formas de expresión: tensión tónica, movimiento y gesto), y supone una apertura hacia el exterior que lleva a la liberación del gesto y a la proyección en el espacio por parte del niño/a, lo que conlleva su afirmación como ser en el mundo.

Por otra parte, el niño/a descubre su capacidad de actuar sobre su cuerpo y los objetos tras perder esa unión con el cuerpo de la madre. A ello contribuye el placer de la acción y el movimiento y así se explica la sucesión de un estadio a otro (pasividad-acción sobre sí mismo y sobre el mundo; estadios de desarrollo de Piaget).

En la práctica psicomotriz la comunicación supone una evolución en la relación entre el niño/a y el psicomotricista,  ya que se dan situaciones de seguridad, aumentando la disponibilidad y capacidad de escucha hacia el otro.

Como conclusión, podemos decir que en el trabajo de práctica psicomotriz lo que interesa es conocer aquello que el niño/a vive en una situación de comunicación. Los niños/as que comunican evolucionan más fácilmente a nivel afectivo, se abren hacia los otros niños/as, hacia el adulto y, por tanto, son creadores.


2) Creación.
"Crear" supone responder al deseo de supervivencia, crear para sí, y también crear para el otro, transformándose ese deseo en medio de comunicación.

Por su parte, el niño/a espontáneamente no es creativo, sólo crea cuando algo responde a su deseo. De manera que el psicomotricista ha de desarrollar ese deseo mediante el juego, expresión más deseada por el niño/a.

En el juego del niño/a se pueden distinguir dos aspectos: 


a) La imitación de la realidad, fruto del aprendizaje.

b) La contribución personal del niño/a, poniendo de manifiesto lo que sabe, cómo lo sabe y de qué forma lo vive emocionalmente, a través de la emotividad, la afectividad o el estado de ánimo. Estos hechos se manifiestan por la vía de la expresión motriz lúdica.

Puede hablarse de creatividad y juego simbólico cuando el juego en sí se diferencia de la realidad y es signo y expresión de una vivencia y un conocimiento personal. Con esto podemos decir que el espacio afectivo de la sala de psicomotricidad es el lugar idóneo para ello.



3) Formación del pensamiento operatorio.
Está articulada por dos procesos fundamentales:

- La reversibilidad.

- Los procesos de análisis y síntesis de Piaget.
 
La reversibilidad está determinada por la adquisición de la capacidad de descentración, que permite al niño salir de sí mismo y ponerse en el lugar del otro. Para ello será necesario que el niño tome distancia afectiva de los objetos y de los otros. Así, en la base de la reversibilidad se encuentra la comunicación, que supone la escucha del otro y exige por tanto "cierto dominio afectivo" para no invadir a los demás con nuestra afectividad.

 
Respecto al segundo proceso, el niño/a llega al análisis y síntesis por investigación emocional de los objetos en el juego simbólico. Debe hacer análisis de los elementos o parámetros que componen el objeto para reconstruirlo de nuevo y poder llegar a la adquisición de nociones de conservación o seriación, entre otras.


Por tanto, la práctica psicomotriz a través de los materiales y el lenguaje permite al niño/a llegar al análisis y volver a hacer la síntesis dentro siempre de una dinámica simbólica.

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